II
plantamos un árbol en la casa de la niebla
se doraban al sol los girasoles
moría otro día
otra noche
el árbol creció, arraigó
en la penumbra
modelaba con hueso su estatura
cada pájaro que probó los frutos
caía en somnoliencia
en ausencia de vida
en la radical ceguera de los muertos
(de: "La casa de la niebla" Ediciones del Dock, 2015)