martes, 5 de mayo de 2015

Humberto Díaz Casanueva



LOS PENITENCIALES
(fragmento)

Es tan triste
morir
sin que me expliquen
el rumbo de las aves ciegas
la cansada semejanza que me
invade
la infinita madurez del fruto
vano
La luz que tiento es un vaso
de sangre
en que cuaja el día
La muerte
una pedrada adentro
una serpiente de Dos Pechos
erguida por mis flautas

Por qué esta usura en medio
de las postrimerías?
Esta carencia
cuando el instante asoma
como un trozo de perfil
más dilatado?
Sólo preservo el curso
de mis labios
Sólo alabo el delito
de mi insignificancia

Por qué este apuro por
tragarme el mar
despeinar coronas inmensas
acribillarme de tristes
langostas?

En mi calabozo muevo la
silla
en que queda carne

Sé que siendo dejo de ser
y paso
y queda el cáliz del vino
evaporado

Cuál es la dimensíon herida
en que agiganto
mi pálida figura?

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