Tejiendo la mañana Un gallo solo no teje una mañana: siempre necesitará de otros gallos. De uno que reciba ese grito y lo lance a otro; de otro gallo que reciba el grito del anterior y lo lance a otro; y de otros gallos que con muchos otros crucen los hilos de sol de sus gritos, para que la mañana, desde una tela tenue, se vaya tejiendo entre todos los gallos. (Versión de Ángel Crespo)
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