Viento en la Giudecca
Vientos, vientos que saquean las naves
y descienden al frío
y están muertos.
¿Quién podría explicarlos cuando afluyen
fogosos los adioses
en donde vibra intenso, intenso el mar
y del mástil flamea la mañana?
Toda una mujer, toda vigor, toda amor,
y es rosa la manzana, rubio el pan
de la Pascua de abril…
Y eras tibieza
y eras el sol, su brillo, de ladrillo en ladrillo,
y más allá del muro: el campo, el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario