miércoles, 27 de enero de 2016

Cristina Campo (Vittoria Guerrini)




Ahora que se ha invertido la clepsidra,
que el futuro, este caliente sol,
me brota ya en la espalda, con los pájaros
volveré sin dolor
a Bellosguardo; allí posé mi cuello
en verdes guillotinas de verjas
y de un rosal eterno
Vibraban las manos, desnudadas de flores.

Oscilante entre el fuego de los olivares,
brillaba octubre antiguo, nuevo amor.
Muda, afilaba el corazón
para el corte de impensables aquilones
(ya próximos, ya nuestros, ya lejanos):
aéreos féretros, túmulos nevados
de mi mañana joven, del sol.

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