lunes, 4 de abril de 2016

Rocío González



El Animal

En el extremo ardor yo soy el animal
herido por la flecha sagrada
y él lame mi sangre en un festín
impúdico y vehemente. No hay combate.
Soy su presa y me ofrezco:
en su hambre está mi plenitud
(este hecho simple lo tambalea)
mi cuerpo, en su violenta floración
no duda, y él entiende. Cuando acepta
mi carne y se sacia, lo sabemos.
Cada uno ofrece su nombre.
el amor es un conocimiento anómalo.



(Como si fuera la primera vez, 
Ediciones sin nombre,2006)


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