miércoles, 18 de marzo de 2015

Alessandro Parronchi




Gatos


Cuando, una vez liberados de las ataduras

de una existencia demasiado larga, se esparcen

estos huesos libres, en vuelo eterno

yo encuentro la paz, ¿cómo vivir

un mundo sin estas maravillas

que de vez en cuando regocijaron en vida?

Así, sentado, absorto en el aliento

mutuo de un universo amigo

qué sorpresa sentirse junto al pelo,

el ronroneo de uno, o de tantos a los que hemos amado,

gatos, queridos compañeros, ¡sucédanse!

no solos, pero los más discretos, únicos

en salvar un fresco oasis de silencio

y de concentración.




(de "I giorni sensibili", Firenze, 1941

la versión es mía)


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