jueves, 18 de septiembre de 2014

Wislawa Szymborska




NOTAS DE UNA EXPEDICIÓN NO REALIZADA AL HIMALAYA




Así, pues, esto es el Himalaya.

Montañas corriendo hacia la luna.

El instante del despegue detenido

en un cielo rasgado.

Un desierto de nubes lleno de agujeros.

Un golpe en la nada.

El eco: un mudo blanco.

Silencio.

Yeti, abajo es miércoles,

hay abecedario y pan,

dos y dos son cuatro,

y la nieve se funde.

Hay una manzana roja

partida en cuatro.

Yeti, entre nosotros

no sólo existe el crimen.

Yeti, no todas las palabras condenan a muerte.

Heredamos la esperanza,

regalo del olvido.

Verás cómo entre ruinas

parimos niños.

Yeti, tenemos a Shakespeare.

Yeti, tocamos el violín.

Yeti, al anochecer

prendemos la luz.

Aquí, ni luna ni tierra,

y se congelan las lágrimas.

¡Oh, Yeti, casi hombre de la luna,

piénsalo y vuelve!

Así dije, a gritos, al Yeti

entre las cuatro paredes de avalanchas,

y para entrar en calor pateaba

en la nieve,

en la eterna.


(de "Llamando al Yeti" 1957)


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