viernes, 14 de noviembre de 2014

Aurora Venturini




OLVIDO Y FIN DEL LAÚD


Y entonces preguntaba yo, impaciente,
adónde estabas tú mientras nombrabas,
era mi turno, pero me salteabas.
Me habrás borrado acaso de tu frente.


Pero yo quiero ir hasta la alcoba
en la que recostado tu suspiras,
en medio del gran bosque, donde miras
aullar el lirio, sonreír la loba.


Y hace tanto que aguardo, que están viejos
este laúd del incesante canto,
éstas mis pobres manos y el encanto
de tus estampas, que ya quedan lejos.


Duelen los labios de preguntas graves,
duelen los ojos de no ver, cansados,
hay un dolor de nervios fatigados
sobre tus silogismos y tus claves.


Una sola palabra que no invente
mi propia voz es cuanto necesito:
arrullo, tempestad, violencia, grito.
Me habrás borrado acaso de tu frente.




(De "Lamentación mayor" 1954)


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