Hacia el estudio
Tu quehacer está allí, sobre la mesa.
Cuando te acerques volará el sentido
de las amadas cosas que te cercan:
el calor de tu piel, bajo el contacto
suave y terso del aire, los rincones
derramando pureza en sus tres líneas,
la alfombra de la luz encapuchada
por serenos contrastes de armonía.
Pienso que el mundo claro de mi cuarto,
detenido en su marcha con el día,
se ha olvidado de ser algo en la tierra,
y abre un camino alegre y desprendido
por su cielo presente y circundante.
(publicado en la revista "Argensola" 1952)
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