EL DESEO
El deseo
es taciturno. Sabio
parece, pero en el fondo de las pupilas anida
la furia de su corazón salvaje.
El amor es sorda lucha, ardua prueba
para los que mucho lo anhelan y a muchos ímpetus necios
arroja a quien bien busca y mal encuentra.
Esto ha aprendido la que perdió los ojos
detrás de sus sueños y ahora se ríe, mas bate
las pestañas para no derramar el llanto.
Pues si alguien deshizo sus trenzas,
marcó con un mordisco su cuello,
o dejó más escarlata su boca,
ella sigue siendo aquella que va sola.
El deseo
es taciturno. Sabio
parece, pero en el fondo de las pupilas anida
la furia de su corazón salvaje.
El amor es sorda lucha, ardua prueba
para los que mucho lo anhelan y a muchos ímpetus necios
arroja a quien bien busca y mal encuentra.
Esto ha aprendido la que perdió los ojos
detrás de sus sueños y ahora se ríe, mas bate
las pestañas para no derramar el llanto.
Pues si alguien deshizo sus trenzas,
marcó con un mordisco su cuello,
o dejó más escarlata su boca,
ella sigue siendo aquella que va sola.
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