martes, 17 de febrero de 2015

Betina Edelberg





SALVACIÓN POR LA PALABRA






Y sin embargo

en el comienzo de la mentira

en el movimiento ciego y apurado

y sin asilo

en el falso espejo de la palabra

está nuestra morada

y nos consume

y aprisiona con su palma de siglos.




Aceptar esta muerte morosa

el imperio de esta lenta podredumbre

y sin hoguera

sin resurrección acaso.


Aceptar la soledad de una frase

que destruye el mundo que rodea

en una imagen sin recuerdo

sin ojo.


Aceptar el altivo exilio de nombrar.


Aceptar

la débil esperanza de la profecía

y del oráculo


que nadie entendió.


(Mutaciones , 1964)

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