jueves, 17 de noviembre de 2016

Jorge Guillén




Desnudo

Blancos, rosas... Azules casi en veta,
       Retraídos, mentales.
Puntos de luz latente dan señales
       De una sombra secreta.

Pero el color, infiel a la penumbra,
        Se consolida en masa.
Yacente en el verano de la casa,
        Una forma se alumbra.

Claridad aguzada entre perfiles,
        De tan puros tranquilos
Que cortan y aniquilan con sus filos
         Las confusiones viles.

Desnuda está la carne. Su evidencia
         Se resuelve en reposo.
Monotonía justa: prodigioso
         Colmo de la presencia.

¡Plenitud inmediata, sin ambiente,
         Del cuerpo femenino!
Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino?
         ¡Oh absoluto presente!

(de:"Cántico", Sudamericana, 1950)



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