Mira:
me gustas porque sabes
decir mentiras.
Si dijeras verdades
no me gustarías.
¡Qué dulce que sabe
la mentira!
Es buena,
noble,
decisiva.
Y la verdad
¡qué tonta y desabrida!
Siempre igual,
esperada, conocida.
¡En cambio la mentira
qué dulce,
amarga compañera mía!
Te quiero,
porque sabes decir mentiras
(de "Poemas de la isla", 1930)
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