martes, 31 de marzo de 2015
Gabriela Piccini
Troquelados IV
No cualquier hombre nunca tuvo un perro
Hay cosas que no tienen sentido
ni se les puede poner
pero otras
sin embargo
tienen más de uno
multilplican
La voz
es una y suficiente
pero la gota cae
desde el último disparo y al revés
hacia la noche
que siempre trae dentro de si un alba redonda
una luz estímula a perpetuidad
Franco Rivero
Olfato y gusto
en el campo
una mañana
el olfato
me despertó
la tía maría
tenía una bandeja
llena
de chipá cuerito
sobre la mesa
y en unos jarros
de loza
había puesto
azúcar con canela
junto al fuego
ella era un mito
cortaba la masa
en bollos chicos
los estiraba
con ambas manos
formaba una torta
redonda
pareja
y en el medio
le hacía un pocito
por donde saliera
el aceite
una alquimia dorada
musical
le advertía el color justo
por el sonido
ya calmo
del aceite hirviendo
la hacía gotear
la retiraba
lavate la cara chanco
me dijo
acá hay agua
está tibia
olor a humo
tenía el agua
olor
a humo
feliz estaba yo
despierto
en el corral
acarició el lomo
de una vaca
dame tu jarro
dijo
se agachó
y ordeñó
dentro
de él
un chorro blanco
fuerte
con sonido a sifón
salía de la teta
me hacía reír
tomá hijo
desayuná
a mí
no me gustaba
la leche
de vaca
mordí
un chipá cuerito
haciendo tiempo
y coraje
es que mamá la hacía hervir
que largara la gordura
la juntaba con una cuchara
se la comía
y quería
que comiéramos nosotros
pero probé
y fue una magia
quería más
quería más
se va enojar el ternero
me dijo
y me reí
mucho me reí
y tomaba leche
comía chipá cuerito
me atoraba
riéndome mucho
porque todos se reían
de mí
que
reía mucho
para ser tan temprano
te vas a empachar chanco
me dijo la tía
y me empaché
olí un hogar
lo probé
era de humo
de chipá cuerito
de canela
con azúcar
a maría nieve lópez, en dónde esté
miércoles, 18 de marzo de 2015
Paulina Vinderman
Escalera de incendio
Me asomo a la ventana como todas las tardes
para escribirte.
Este cielo es tan pálido que da miedo mirarlo
(y de los jacarandáes con el abuelo basta.)
Sé que estoy viva, es decir
camino calles y Veo el trabajo del azar
en la arboleda.
Nada resplandece en los papeles que rondo,
el muchacho de la batería toca de seis a siete
mientras su madre visita amigas
con alguna receta para dejar de amar.
En todo caso la soledad es la que resplandece
y a veces la sequía,
quiero ver al infinito revolotear
en esa torpe batería:
una señal, la traición de una señal, la ficción
de una señal.
Nada es seguro, ya ni siquiera me desvelo
por una palabra para hacerle feliz.
(de "Transparencias" 2005)
Roberta Iannamico
Pensé que era una mariposa
pero era
un pequeño murciélago azul
apareció de noche
mientras dormía
para que no me molestara
con su revoloteo
lo atrapé
lo puse abajo de la almohada
y seguí durmiendo
cuando me levanté
flor que me peinaba dijo
no te asustes
pero tenés en el pelo
un murcielaguito azul
era lo que temía
lo que quería evitar
pero estaba ahí
agarrado a mi pelo
como un broche lujoso.
Alessandro Parronchi
Gatos
Cuando, una vez liberados de las ataduras
de una existencia demasiado larga, se esparcen
estos huesos libres, en vuelo eterno
yo encuentro la paz, ¿cómo vivir
un mundo sin estas maravillas
que de vez en cuando regocijaron en vida?
Así, sentado, absorto en el aliento
mutuo de un universo amigo
qué sorpresa sentirse junto al pelo,
el ronroneo de uno, o de tantos a los que hemos amado,
gatos, queridos compañeros, ¡sucédanse!
no solos, pero los más discretos, únicos
en salvar un fresco oasis de silencio
y de concentración.
(de "I giorni sensibili", Firenze, 1941
la versión es mía)
Mario Luzi
Donde no estabas
Donde no estabas, cuánta paz: el cielo
entre los árboles estuosos recogía
la blanca ofrenda de las calles, un rostro
relucía en la sombra de las fuentes,
la médula de miel
atenuaba el pesar de los transeúntes
y la beldad brillaba,
se perdía fragmentada entre las calles
esplendentes en el silencio ventilado.
Ni imagen, ni memoria, ni sueño.
El rostro de la ausente era una espera
espejada en la primera estrella opaca
y ni siquiera en ella estabas, habías caído
fuera de la existencia;
el candor entristecía las encrucijadas
y no era el anochecer,
era la blanca verdad indolente
en lo hondo de mi tumulto, imperceptible.
(de:"Quaderno gotico, Florencia, 1947;
versión de Horacio Armani)
Giorgio Caproni
Larghetto
Tras la barrera, acaso.
Acaso, tras de la aduana
de agua…
Donde el canal
va por la hierba y el viento
ya es campestre…
Prueba.
Ahí está la infancia.
Prueba.
Está la infancia que tiembla…
Ahí aún el mutilado
de un brazo, con la izquierda
(recuérdalo: te lo ordenaron
—siendo apenas un niño, entonces,
que sonríe a los tigres)
descarga la pistola
sobre el escrito que le sostienes…
Vé…
Prueba donde el rebaño
es una nube en el prado.
El viejo de ojos
oscuros…
Puede ser él.
Prueba donde el pavor
vulnera el cielo, y el aliento
(recuérdalo: fuiste intimado)
tiembla como el vellón
de los arbustos…
Tras
la barrera…
Tras
de la Aduana de Agua…
Donde
—sin arboleda y sin
carpa— yo,
en los iris de aluminio
de los tres, no reconocí
ningún Dios de exterminio.
Prueba.
Más allá del mal
y del bien.
Donde
parece acero el viento
y una daga el canal.
sábado, 14 de marzo de 2015
Sonia Díaz Corrales
Suposiciones acerca de la garza
Siendo tan mínima la garza,
cuando da el pecho al aire,
supongo
que debe llevar el corazón por fuera.
Porque ese regio vuelo
no podría hacerse
con un corazón que quepa en el pecho de la garza
y digo supongo
porque sé que el corazón a veces
se convierte en lo que sostiene
también a la garza.
La garza no es más que corazón
en esa inmovilidad donde es perfecta
ardido blanco sobre el cielo.
Reina María Rodríguez
Cámara secreta
dentro de un cofrecito de ébano
junto a la cama mortuoria de Tutankamen yacen
los fabulosos tesoros del joven rey en el Nilo.
allí encontré una pieza dorada
como una muñeca, o una antigua miniatura india.
alguien me permitió abrir y quizás ver
aquel secreto que soñaba
(en cada sueño perdemos evidentemente
una inocencia) soy otra vez Pigmalión
siempre a la espera de cualquier milagro.
si uno va todo el camino junto a las cosas,
uno puede cubrir todo el camino de ficciones
y ciertamente uno recibe su recompensa
siempre completamente diferente
a la esperada. si alguien,
al menos durmiera sin estar muerto
junto al cofre de un rey
y recibiera un sueño como el mío,
-la miniatura de cristal de Atlántida-
entraríamos de una vez en la inocencia.
viernes, 13 de marzo de 2015
Ramón María del Valle-Inclán
11
¡Verdes venenos!¡Yerbas letales
de Paraísos Artificiales!
A todos vence la marihuana,
que da la ciencia del Ramayana.
¡Oh! Marihuana, verde neumónica,
cannabis índica et babilónica.
Abres el sésamo de la alegría,
cáñamo verde, kif de Turquía.
Yerba del Viejo de la Montaña,
el Santo Oficio te halló en España.
Yerba que inicias a los faquires,
llena de goces y Díes Ires.
¡Verde esmeralda -loa el poeta
persa- tu verde vistió el profeta!
(Kif -yerba verde del persa- es
el achisino bhang bengalés.
Charas que fuma sobre el diván,
entre odaliscas, el Gran Sultán.)
(de "La pipa de kif ", 1919)
martes, 3 de marzo de 2015
Robert Lax
el arte
como
un
ins
tru
mento
de
paz
---
paz
amor
alegría
---
¿podría
ha
ber
ha
habido
algu
na
vez
un
só
lo
nuevo
pensamiento
en
el
mundo
?
(de "Una cosa que es" 1997,versión de José Luis Bobadilla)
Abū Nuwās al-Hasan Ibn Hāni' al-Hakamī
XVII
El vino arde generoso en la copa
como un astro luminoso en el cielo
o una luna llena en la noche.
Si pudiera mezclarlo con la oscuridad
disiparía sombras y tinieblas.
Grandes placeres depara a aquellos
que lo beben sin temor ni recelos.
Sus burbujas como perlas dispersas
el agua enhebra en la mezcla.
Siempre hablo a la copa antes de beber:
a ella, confidente, cuento mis secretos.
.........................
Copero, escancia al amigo
que bebe lo que yo dejo
y a mí sírveme del vino
que haya dejado en el tazón.
Bebo yo de lo que él deja,
bebe él de lo que dejo yo,
como los que se han enamorado.
Llegaste a mí mensajero
y de tanto ir y venir
te convertiste en copero.
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