martes, 18 de febrero de 2014

Alberto Vanasco





EL POETA DE 40 AÑOS



En el instante mismo en que uno se siente eterno
el tiempo se desmorona.

Han ido llegando los momentos perfectos
y así también se han ido.

Entro en el recodo en que uno se espera a sí mismo
y se encuentran las transparencias del amor
las detonaciones del sexo
las retribuciones del hijo
las compensaciones de los viejos trajines:
en que todos los intereses se recaudan.

Todo llegó menos la revolución.

El tiempo solo fue bastante
para ver declinar algunas vidas en catástrofes
los desastres en olvido
los olvidos en una nueva vida.

Conocí a tanta gente
que cada uno que veo me recuerda a alguien.

He andado tanto
que en cada lugar echa su sombra la memoria.

Tanto he escrito
que todo lo que leo me parece que es mío.
He saldado las cuentas
Y aquellos a quienes quiero son los que me quieren.

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