jueves, 20 de febrero de 2014

Elizabeth Azcona Cranwell





LA AUSENCIA

Vacío
acaricio el vacío
ahora tengo los ojos saqueados por la sombra
de tanto iluminar
lo oscuro del amor.

Vacío
yo me aferro al vacío
porque la tierra es dura y no comprende
bastaba una mirada para todo el espacio
una mano iniciaba el alerta del mundo.

Se ha vaciado de golpe todo el candor del cielo
he perdido los árboles hundidos de miradas
¿qué gritaría un ángel ante tanto abandono?
¿cómo haría el silencio si no existiera el día?

Vacío
yo me abrazo al vacío
hace frío en la sangre desnuda de la noche.

De tanto haber amado
ya no soy sino un eco.

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