martes, 18 de febrero de 2014

Theodore Roethke




CASA ABIERTA

Mis secretos lloran en voz alta
no requiero lengua alguna.
Mi corazón es casa abierta.
Sus puertas se mecen ampliamente.
Es épica surgida de los ojos,
este amor mío, sin disfraz.

Mi verdad es toda conocida,
la angustia viva y revelada.
Desnudo voy hasta los huesos
en desnudez como de escudo.
Yo mismo soy lo que yo visto:
a salvo tengo mi espíritu.

La cólera se inclina a perdurar
el acto dirá la verdad recta
en lenguaje estricto y puro.
Pauso la boca que falsea:
la furia tuerce a mi llanto limpio
hacia la noche de agonía.

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