martes, 18 de marzo de 2014

Abdellatif Laâbi




HAY UN CANÍBAL QUE ME LEE



Hay un caníbal que me lee

Es un lec­tor fer­oz­mente inteligente

un lec­tor de ensueño

No deja pasar ninguna palabra

sin cal­i­brar el peso de la sangre

Incluso lev­anta las comas

para des­cubrir los cortes más finos

Sabe que la página vibra

con una esplén­dida respiración

Ah, esa emo­ción que hace a la presa

atrac­tiva y hasta sumisa

Él espera que el cansancio

descienda por su rostro

como una más­cara de sacrificio

Busca el error para indignarse

el adje­tivo de más

la repeti­ción que no perdona

Hay un caníbal que me lee

para ali­men­ta­rse



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