viernes, 21 de marzo de 2014

Teresa Leonardi Herrán




REGRESO DE ORFEO


Crecía en el aire el agua de una campana
al principio imperiosa luego suplicante
volcando su claridad merovingia en los oídos
(salvo en los de la vieja cuidadora de gansos
mujer de la edad de piedra con su rito
de honrar a los dioses pastoreando animales)
confundiendo a los gallos heraldos
que anunciaban el huevo de una mentida lluvia.

Tú venías es esa agua convocadora de otros tiempos
nombrándome como entonces (cuando habitantes
de un idéntico sueño)
“aquí yace Teresa esa es la tierra que hoy araron sus ojos
hoy ocupada por su cuerpo”
antes ay mucho antes de que emprendieras el viaje a los
infiernos
Para buscar a eurídice
y ahora regresabas diciéndome
que la habías perdido para siempre.

Poco a poco tu rostro como un humo
fue cuando el felino memoria como una hijo pródigo
volvió después de amargo viaje a la guarida del olvido
y solo retuve parte de su plateada cola
una mecha de su pelaje azul
batiscafo con el que desciendo a un abolido tiempo
donde tu claro corazón aún vive
edificando el vuelo de los pájaros.


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