En un sitio arqueológico
vi fragmentos de preciosos navíos, limpios
y bien carenados, aceitados y relucientes
Y junto a él vi un montón de polvo descartado
que no servía siquiera para cultivar
cardos ni espinas
Y pregunté: ¿Qué es éste polvo gris
que ha sido rempujado y esparcido
y torturado y arrojado luego?
Respondo en mi corazón: este polvo
es gente como nosotros, quien durante su vida
vivió separada de las piedras
de cobre, oro y mármol
y todas las cosas preciosas-
y siguen así en la muerte
Somos este montón de polvo, nuestros
cuerpos, nuestras almas, todas las palabras
en nuestra boca, toda la esperanza.
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