martes, 18 de marzo de 2014

Teresa Girbal





FRONTERA


Huelo la calle en sombra, la pared soledosa,

el amor increíble de la piedra y el tiempo,

cuando bajan los ángeles a la calle cortada

un prieto olor a madreselva nos hechiza.

Ya no es la calle, es un país

que termina en la luz

y en la presencia humana.

Ya no es la calle, no, ya no es la calle,

es la frontera.

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