El profundo violonchelo de la noche
lanza su oscuro regocijo a través de los campos.
Las vagas imágenes de las cosas disuelven su forma
en torrentes de luz cósmica.
Marejadas brillantes y largas
enjuagan ola tras ola a través de la eternidad azul noche.
¡Tú! ¡Tú! ¡Tú!
Materia ligera revelada, espuma floreciente del ritmo,
flotante y vertiginoso sueño de sueños,
¡blanco deslumbrante!
Una gaviota soy, y en alas extendidas en reposo
bebo la dicha de sal marina
muy al este de todo lo que sé,
muy al oeste de todo lo que quiero,
y toco el corazón del mundo;
¡blanco deslumbrante!
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