sábado, 22 de marzo de 2014

Teresa Calderón





EGO SUM QUI SUM

Una parienta desaliñada vieja
agitó el desierto en los relojes
Nací
Se puso el sol en mi camino
y marcó mi tiempo con gruesas señales
la estrella
los dolores
Manos moras me ahuecaron las ojeras
alguien lanzó puñados de violetas sobre mi cara
y un olor a chirimoyas
Cuánta sangre enredada en mis venas
gajos de tiempo trepando
y un ramo de esperanzas blancas
A l fondo el corazón
como una tierra libre y palpitante
donde crecen copihues
Semillas de azafrán pigmentaron mi piel
y me llenaron los ojos de lunas y aceitunas
mi latina cintura pelo cuello cabello
el dolor mordió hasta sangrar
Mis caderas persiguiendo un danzón
Si hay muerte no hay victoria
En la sombra más antigua más antigua
las abuelas sicilianas
pulían su venganza para mí
este catalejo por donde sigo mirando.

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