lunes, 17 de marzo de 2014

Emilio Adolfo Westphalen






Una representación hermosa del amor
Debería volver siempre sobre sí misma
Una y otra vez y otra vez
Y así indefinidamente
Deberían repetirse exactamente
Los mismos gestos
Los mismos movimientos
El mismo ruido de besos
Las mismas ondulaciones
De modo que la reproducción cinematográfica
Sumamente acelerada
De todos estos coitos sucesivos
En pequeños rectángulos situados
Encima de las mesas y sobre las paredes
Pudiera servir de instrumento regulador
De la marcha del tiempo
Y ser denominado
Reloj de amor.

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