Los ojos llenos de alegría de ese muchacho caprichoso y salvaje
Dibujan su órbita como meteoros, bordeando la oscuridad
Con su rayo secreto. Saltan sobre la línea del horizonte
En pos del privilegio de Apolo: miran a través del hombre
Y de la mujer, del mar y de las estrellas: miran la danza
De la naturaleza y miran más allá, a través de las lenguas
Y de las razas y de los confines del tiempo. Esos ojos
Miran el orden musical y la armonía de los poetas
Que en el Olimpo cantaron a las divinas ideas.
Esos ojos nos hallarán siempre jóvenes;
Siempre nos mantendrán así.
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