sábado, 15 de marzo de 2014

Daniel Giribaldi




EL LLAMADO

Hacía ganas de morir. Llovía.
No había dónde ir. Daba pavura
la noche afuera. Y en el alma oscura,
la lluvia que caía y que caía.

Un fanfa batiría: “la hice mía”.
Pero no. Me mojé con tu ternura.
Cebaste mate. En la catrera dura
me ayudaste a llegar al otro día.

¿Hoy? Quizás el balurdo ya no funque.
Tal vez sus mates con tu yerba cebe
un dorima tarúpido y cualunque.

Pero hace ganas de morir y llueve
y quiero estar con vos. Mi telefunque
es tres siete, dos siete, siete nueve.

(de "Sonetos Mugres" 1968)

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