viernes, 7 de marzo de 2014

Edward Lear



Limericks




Había un viejo señor de Moldavia

cuya conducta era de lo más extraña:

mientras tuvo fuerza

durmió en una mesa

este curioso señor de Moldavia.




Había una vieja persona de Buda

cuya conducta era cada vez más ruda

Hasta que a martillazos

acallaron sus gritos

aplastando a este hombre de Buda.






Había una joven persona de Creta

cuya toilette no era nada completa.

Vestía un bolsón

moteado de marrón

esta increíble persona de Creta.




Había un viejo señor de Cromero

que se puso en un pie para leer a Homero.

Hasta que se quedó duro

y se cayó de un muro,

lo que concluyó con el señor de Cromero.






Había un viejo señor de Coblenza

cuyas piernas eran de longitud inmensa.

Un paso era la distancia

entre Turquía y Francia

Para este sorprendente señor de Coblenza.


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