viernes, 7 de marzo de 2014

Francois Villón





EL LEGADO


Ítem, dejo a los hospitales

las telarañas de mis ventanas,

y a los enfermos, un puñetazo en cada ojo,

a cada uno, que tiemblen flacos, peludos,

y llenos de mocos, helados y empapados.



Ítem, dejo a mi barbero

mis pelos cortados, y a mi zapatero,

mis zapatos viejos, y a mi ropavejero,

mis ropas tal como estén cuando me abandonen.



Ítem, dejo a los mendicantes,

a las hijas de dios y a los párrocos

sendas cascaras de huevo

llenas de francos y escudos viejos.

Los carmelitas cabalgan a nuestras vecinas,

pero eso es lo de menos.

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