miércoles, 12 de marzo de 2014

María Julia Magistratti




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Lenta de venir

del patio con las sábanas secas,

la toalla enredada en el cuello

y esa manera de llamarme

sin manos, con la cara,

me obliga

a deberle las llaves de mi casa,

el botón de la camisa, la fruta sin límites.

.

Porque siempre es de día en los recuerdos

tendré que llamar a mi abuela

para que se haga la noche;

ahora que ella está jugando

con sus plantas blancas

en un universo amarillo.

.

(de Ea, 2007)
)

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