jueves, 13 de marzo de 2014

María Meleck Vivanco




POEMA EN TRES PARTES

“Bruja colgada de una argolla de gozo. De la llovizna, públicamente trémula” (MMV)

I
Las guirnaldas han adornado el universo. Y el santo burlón, derrite ahora su entrevero ( su rayo en el abrazo de la perversa sed ).
Amor Amor Hora y media con el ombligo trenzado en el deleite. Con rasguños, y caladura en copa rota, que desaliñan las manzanas. Pretenden que haya paz en ventarrones opuestos.
Rodada del cabello una gota de pena, junta elogios y clamorosas despedidas. Alto fogón de mirasoles, con la ración dorada de una cita. Y así miro la angustia suelta, sin ruidos, al pegoteo de un manojo de llaves en procesión y sin rodillas.

II

Cunas de seda y de papel, ignoran el molinete de la requisa. Van de la mano los ojos, las monedas, los redondeles de melón fugados de la huerta. El sol salta de bruces por encima del piano (advierto que el edificio tiembla).
Más adelante, tropas del sueño, paren semillas sucias. Y al fin el horizonte bosteza, ondula al infinito y sucumbe dormido.
¿Cómo pensar en salvar la criatura? ¿Tan ella bien dispuesta, desdeñosa y razonable?
¿Tan inquieta en el carozo de otros compartimentos?

III

Por consejo de la piedad, compadecedme. Pues yace sin abrigo mi anfitrión, traspasado de lágrimas. O en el brillo lunar, con su sexo comido a gusto por los peces.
La queja fuerte de la brasa detenida en su celebración, es fábula que eructa carcajadas, sabiendo que el desafío la puede Y se clava en el aire.
Dulce aluvión de menta, para chairar de pronto los cuchillos.



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