Yo estaba acostado en el polvo de la carretera.
Vi su rostro.
Tampoco vio el mío.
El pálido color de las estrellas y el aire se convirtió en azul.
Vi sus manos
Tampoco vio las mias.
El Oriente ha cambiado en color verde limón.
Le abrí los ojos de un pajarillo.
Entonces supe a quién
amaré una vida entera.
Así el supo, de quién eran l
as pobre manos que lo abrazaban.
Y el hombre tomó a su carga,
y dejó llorando a su casa.
Y su casa es el polvo de la carretera
que es también es mi casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario