1
hay un Dios de luto
en lo demasiado rútilo
que se liquida al norte
por una estrella-de-hielo
y luna simple en los olmos
arrastra en impuro siena
por las manos del Dios abrupto
acre oficina de sustos
2
hay un Dios bien gallo
en la zarabanda del otoño
que de aqui se ve todo el año
el mismísimo otoño
de hace cuatro mil años
con Dios por los cantos
poniendo Blanco
en el agapanto
y amaneciendo paineras
3
hay un Dios silente
en la tinta incendiada
de sonetos y ponientes
mañana de oro desgastada
cencerros de la madrugada
susurro de Dios con pluma
en lo andado casi aire volante
de te y voal el viento
4
delante de tanto cuanto Dios
dame que entienda
por el juicio de la vena
la via tácita o láctea
de víscera expectante
por lo que Dios pone de tarde
en una abeja azul-de-prusia
y te hace de cielo la seña
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