sábado, 8 de marzo de 2014

Unica Zürn






I

Todo esto ya existió,

otros hablaron de ello.

Tú te acuestas con tu cuerpo

incendiado y fangoso,

esquivas el calambre

la mancha

los hilos encontrados,

mientras alguien muy cerca te engulle

cuida de ti

te cría

en el vacío,

mientras alguien dice a tu madre

cuál es tu verdadero nombre.

Lo que había ahí también era la vida,

otro de sus cantos remedados,

lo que había ahí en el ciclo del hierro

en la forja:

tu pulpa en manos del verdugo,

apenas un arco

entre lo material

y la hipótesis.

Qué sucedería si el deseo fuera cierto

y fecundo,

qué sucedería si tu boca fuera tragada por la suya,

se cerraría entonces

el colapso impar y roto del miedo

la extrañeza de quien ama solo

a los aparecidos.

II

sombra sombra sombra

placa entre placas

desnivel

de mi hueso en la tierra

chirrido de las aves

santidad del verbo y de la pústula

santidad de las lenguas que se esconden

en mi lengua

yo que he guiado mis pasos

hacia el eje

yo

la escogida

a quien han hablado los cristales y las hojas

yo

la gran ensimismada

la que surca la materia espiral de un pensamiento

la que unge los espejos de rasguños

la que vivió una vida más alta

y murió una muerte más pura

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